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viernes, 3 de abril de 2020

Impredecible desenlace de la guerra entre EE.UU. y China, Salvaje boicot a Huawei.

Impredecible desenlace de la guerra entre EE.UU. y China, Salvaje boicot a Huawei.
Guerra Fria.




La guerra sin cuartel ya es una realidad. Estados Unidos ha enviado a China una declaración oficial de guerra —boicot a Huawei— con su correspondiente ultimátum: tres meses. Después del aumento de las escaramuzas en los últimos meses entre norteamericanos y chinos (incluyendo presiones norteamericanas para que europeos y aliados no contrataran la tecnología 5G con Huawai o la detención de su vicepresidente, Meng Wanzhou, en diciembre pasado), Donald Trump decidió declarar el viernes pasado el estado de "emergencia nacional" argumentando la necesidad de proteger las redes informáticas de Estados Unidos de los adversarios extranjeros. De China, claro, y más concretamente de Huawei. Poco después retrasó el plazo de aplicación: tres meses. Algo normal en Donald, primero actúa y luego piensa.  

"De producirse definitivamente la guerra, sería imposible a día de hoy determinar el resultado de la batalla y los daños colaterales, los cuales serían sufridos en casi todo el planeta".

Tras declararse la "emergencia nacional", con la que se prohibía que empresas que contraten con proveedores extranjeros participar de las redes de telecomunicaciones estadounidenses, las divisiones norteamericanas amenazaron con un ataque por 'software' y 'hardware'. Ello supuso que Google amenazara con dejar sin actualizaciones de software (Android) a Huawei, lo que convertiría a sus teléfonos vendidos en obsoletos casi al instante y sus próximos terminales en cacharros de escaso valor. También que múltiples compañías norteamericanas (Intel, Qualcomm, Broadcom, Micron Technology o Western Ditigal) hicieran lo propio con respecto al hardware (microchips y memorias). Finalmente, el inminente ataque quedó en un ultimátum: tres meses.

Las consecuencias de la guerra para Huawei

De producirse definitivamente la guerra —el veto entrará en vigor el próximo 19 de agosto si nada lo remedia— sería imposible a día de hoy determinar el resultado de la batalla y los daños colaterales, los cuales serían sufridos en casi todo el planeta.

Por un lado, Google dejaría de suministrar software y componentes a Huawei, lo que implicaría que los terminales y las tabletas chinas dejaran de actualizarse con las correspondientes versiones de Android y no pudieran usar aplicaciones tan exitosas y populares como Gmail, Youtube o Google Maps, entre otras (sin embargo, Google Play y Google Play Protect seguirán operativas). 

Múltiples analistas afirman que un golpe de esta naturaleza tendría importantes consecuencias en Huawei dado que tendría que crear su propio sistema operativo y sus propias aplicaciones y que ello sucediera de forma rápida y exitosa. Algo que no se antoja sencillo cuando a nivel mundial Android representa el 85% y el resto está copado por iOS de Apple. El sector de los sistemas operativos es muy restringido. En cuanto a la venta de las aplicaciones la situación es similar, pues el 70% de las descargas se realizan en Google Play Store y el 22,6% en Apple Store. Casi el 93%. 

Ren Zhengfei, el fundador de Huawei, considera, sin embargo, que el impacto del ataque en la empresa, en caso de producirse, sería asumible. Basa su consideraciones en que Huawei obtiene el hardware de empresas norteamericanas y chinas al 50% —al menos, antes del inicio de la contienda arancelaria— y también en la ventaja tecnológica de su compañía respecto a la tecnología 5G. Según él, este adelanto se estimaría en unos dos o tres años. De sus palabras se deduce que el suministro de hardware lo tendrían solucionado aumentando la producción de las empresas chinas y el daño en el software espera ser compensado con el adelanto tecnológico en 5G. 

La respuesta china

Por otra parte, la respuesta de China a la amenaza norteamericana puede consistir en restringir las exportaciones de 'tierras raras', imprescindibles para la fabricación de productos de alta tecnología como automóviles eléctricos. No hay que olvidar que la subida de aranceles norteamericanos a China hace dos semanas fue respondida por el gigante asiático con una subida del 10 al 25% sobre productos norteamericanos (entre los que no estaban las tierras raras). Una medida muy lógica si tenemos en cuenta que China produce el 90% de tierras raras en todo el mundo.


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     PUBLICADO POR: Lic. Eliseo Bacilio Checo
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